Respirar es una de las funciones biológicas cruciales para nuestra existencia. Es una acción que llevamos a cabo de manera inconsciente e involuntaria segundo tras segundo, no obstante, la mayoría no le prestamos la atención que merece. Acompáñanos en este viaje para explorar cómo una respiración adecuada puede transformar notablemente tu bienestar y belleza natural.

De acuerdo con la OMS, un 4.3% de la población mundial padece asma, 12.5% bronquitis crónica y un 6.3% EPOC.

Algunos expertos en salud pulmonar sugieren que una gran parte de la población podría no estar respirando de forma adecuada, lo cual puede afectar significativamente nuestra salud.

Aunque la Organización Mundial de la Salud (OMS) no proporciona datos específicos sobre el porcentaje de personas que no respiran adecuadamente, sí ofrece información sobre la prevalencia de problemas respiratorios. De acuerdo con éste organismo, aproximadamente un 4.3% de la población mundial padece asma, 12.5% bronquitis crónica y el 6.3% padece EPOC, lo que nos da una perspectiva del alcance de los problemas respiratorios.

Importancia de la respiración correcta.

Respirar correctamente es vital ya que es nuestra principal fuente de energía. Al inhalar, oxigenamos cada célula de nuestro organismo, y al exhalar, lo desintoxicamos.

Las respiraciones profundas activan distintas áreas de nuestro cerebro, promoviendo una mayor concentración y relajación. Además, una buena respiración incrementa la producción de glóbulos rojos, facilitando la eliminación de toxinas y una mejor asimilación de los nutrientes que consumimos. También mejora nuestro estado de ánimo, nuestra digestión y ayuda a tener un sueño reparador.

Las respiraciones profundas activan distintas áreas de nuestro cerebro, promoviendo una mayor concentración y relajación.

La forma correcta de respirar.

Es común que algunas personas respiren por la boca, debido a problemas de salud como obstrucción nasal, alergias, sinusitis, entre otros. Sin embargo, respirar por la boca puede irritar nuestros pulmones, aumentar el riesgo de infecciones respiratorias y disminuir la humedad corporal.

Al inhalar y exhalar por la nariz, el aire se filtra, calienta y procesa para llegar en mejores condiciones a nuestros pulmones. 

Se estima que un adulto promedio solo usa el diez por ciento de la capacidad de su diafragma, realizando solo una respiración superficial que puede sobrecargar nuestro corazón, tensar los músculos del cuello y los hombros, además de mantener a nuestro cuerpo en estado de alerta constante.

Tipos de respiración.

Especialistas del Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias de México (INER) indican que hay tres formas de respirar: Diafragmática, torácica o intercostal y clavicular o alta. Una respiración completa y correcta integra estas tres formas, promoviendo un llenado total de nuestros pulmones y una oxigenación óptima.

La respiración diafragmática-abdominal es la forma básica en la que llevamos oxígeno a nuestros pulmones.

Respiración diafragmática-abdominal.

El diafragma, considerado un segundo corazón, juega un papel crucial en esta fase de respiración. Al inspirar, el abdomen se hincha y al espirar, se vacían los pulmones. Es importante mantener la musculatura abdominal relajada y ser conscientes de cada movimiento.

En la respiración pulmonar-torácica ls músculos costales se expanden para expandir la caja torácica.

Respiración pulmonar-torácica.

Es una inhalación parcial utiliza los músculos costales para expandir la caja torácica, ofreciendo resistencia a la entrada del aire en comparación con la respiración diafragmática. Para practicarla eficientemente, es ideal sentarse, mantener la cintura abdominal contraída y ser consciente de los movimientos de la caja torácica.

La respiración clavicular es más superficial, requiere mucho esfuerzo para obtener poco aire.

Respiración clavicular.

Es la respiración más superficial, requiriendo mucho esfuerzo para obtener poco aire. Al inhalar, las clavículas se elevan y el abdomen se contrae, siendo común en personas con tensiones nerviosas. A pesar de ser la menos eficiente de las tres, al complementarse con las otras formas de respiración conforma un esquema completo que afectará de manera positiva en nuestra salud y bienestar.

Una respiración completa y sana debe ser silenciosa, lenta, continua, y sobre todo, cómoda.

Respiración completa.

La respiración completa es un proceso en el que se integran la respiración diafragmática-abdominal, pulmonar-torácica y clavicular. Con esta respiración se produce el llenado total de nuestros pulmones. 

El proceso es el siguiente: Comenzamos vaciando nuestros pulmones con una exhalación profunda mientras apretamos nuestro abdomen para expulsar la mayor cantidad posible de aire. Después, inhalamos llenando los pulmones sintiendo cómo se expande nuestro pecho y cómo se separan las costillas mientras el aire nos hace levantar las clavículas. Exhalamos lenta y profundamente, tratando de vaciar todo el aire que tenemos en los pulmones.

Durante el proceso trata de concentrarte en tu respiración, siente cómo entra y sale el aire por la nariz. Tu respiración idealmente debe ser silenciosa, lenta, continua y, sobre todo, cómoda. Notarás cómo, al realizar este proceso varias veces, tu respiración se vuelve más profunda, completa y serena.

Te recomendamos practicar este ejercicio varias veces al día para mejorar poco a poco tu proceso respiratorio y tu salud en general.

Realizar ejercicio, mantener un peso saludable y evitar fumar, son aspectos claves para lograr una respiración sana.

Problemas de salud y respiración.

Existen varias condiciones que pueden afectar nuestra capacidad para respirar adecuadamente, como la apnea del sueño, obesidad, lesiones torácicas, enfermedades cardíacas, renales, neurológicas. Si experimentas dificultades para respirar, es crucial que consultes a un médico.

Consejos para mejorar la respiración.

Realiza ejercicio regularmente.

El ejercicio intensifica la demanda de oxígeno en nuestro cuerpo, haciendo que nuestros pulmones trabajen más. Una rutina de ejercicio intenso, como correr o hacer cardio, puede aumentar la fuerza y el funcionamiento de los músculos respiratorios, mejorando así la eficiencia de nuestros pulmones tanto durante el ejercicio como en nuestra vida diaria.

Mantén un peso saludable.

El sobrepeso u obesidad pueden afectar de manera importante la manera en la que respiramos. De acuerdo con el Instituto Nacional del Corazón, Pulmón y Sangre de los Estados Unidos (NIH), la obesidad y el sobrepeso aumentan el riesgo de desarrollar síndrome de hipoventilación, y en consecuencia, apnea del sueño.

La grasa extra en el cuello, el pecho y alrededor del abdomen puede dificultar la respiración profunda, provocando falta de aire, somnolencia, mareos, fatiga extrema y dolores de cabeza. 

Evita fumar.

Fumar acorta la vida de una persona entre 11 y 12 años, según la Sociedad Americana de Cáncer. Además, el tabaquismo daña casi todos los órganos del cuerpo, incluyendo los pulmones y el corazón

Una respiración adecuada nos permite, entre otras cosas, tener una piel con mejor apariencia y un cabello más sano y sedoso.

En resumen, un correcto proceso de oxigenación tiene efectos positivos en todo nuestro cuerpo. Notarás que tu piel tiene una mejor apariencia y textura, tu cabello se verá más sano y sedoso. Los nutrientes que consumas serán mejor aprovechados y asimilados por tu cuerpo. Tendrás más energía, podrás concentrarte mejor en tareas intelectuales y en general tendrás mejor memoria porque tu cerebro está recibiendo mayor cantidad de oxígeno.

Te invitamos a explorar y practicar una respiración adecuada. Comparte tu experiencia y descubrimientos en los comentarios de este artículo y en redes sociales. No olvides explorar otros artículos en nuestro sitio para continuar tu viaje hacia una belleza y bienestar natural.